Como estoy en plenos preparativos pre- matrimonio de mi amiga, nada más apropiado que escribir acerca de mi experiencia previa en aquellos. En particular, quiero centrarme en el instante en el que se agrupan las féminas presentes en el evento tanto las que nunca han portado anillo en su vida como las que alguna vez lo usaron, pero ya no. Es ese instante en el que sacan todo lo animal que llevan por dentro, agolpándose (en algunos casos, empujándose con ganas, incluso llegando a un mechonearse "casualmente") y luchando para ser la afortunada, la "queen of the night", la "iluminada": la que agarra el ramo lanzado por la novia. La verdad es que he ido a tres matrimonios en mi vida: el de una amiga de la universidad, el de mi hermano y el del hijo de una familia amiga de mis papás. Resultó ser este último, el que más recuerdos me trae de ese momento tan particular. Siendo una completa desconocida para la familia, amigos y parejas de los amigos de tanto el novio como de la novia, fue que decidí cultivar un bajo perfil esa noche y refugiarme en la clandestinidad de los últimos metros de la barra. En ese evento, realizado en un topísimo restaurant del Cajón del Maipo, no podía fallar un hombre regordete vestido de punta en blanco que, micrófono en mano, animaba cada cosa que iba pasando. Cuando éste anuncia que la novia lanzaría el ramo traté de pasar inadvertida escondiéndome tras unos sujetos, que fueron los mismos que al final me incitaron a unirme al grupo de mujeres elegantemente vestidas. Con una sonrisa más que forzada me dirigí al colorido tumulto expectante por lo que se venía. Pensé: "siempre lo tiran adelante", por lo que me fui lo más atrás posible. Pues pasó lo que menos esperaba: ví dirigirse el ramo hacia mí... sólo era levantar una mano justo frente a mi cara. No habían astutas de más de 1.60 (con taco incluído) que impidieran lo que el destino forjaba. Lo agarré yo. Para terminar de frustrar mis deseos de pasar como anónima, terminé al medio de la pista de baile con TODA la gente mirándome mientras bailaba un lento con quien había sido el "receptor" de la liga lanzada por el novio. Punto aparte merece la cara que me puso la polola del joven bailarín mientras duraba mi eterno martirio.
Lo que es yo, bailaría ésta canción en vez de un vals.
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Me gustó mucho la canción!
yo tb pondía esa, siempre he soñado con hacerlo todo distinto a lo común.
Lo del matrimonio fue súper chistoso, siempre pasan cosas locas, cuando era chica ir a matrimonios era mi pasatiempo favorito, sobre todo porque me reia muchísimo.
=)